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¿El origen del té?

Nos dimos a la tarea de realizar una investigación para encontrar cuál era el origen de la planta del té y cómo, se ha ido transformando a lo largo de la historia.
En nuestra tarea, observamos que aún sin existir información oficial que las acredite como verdaderos hechos históricos, es impresionante la cantidad de personas que creen en estas historias y las dan por ciertas.

Todas son bellísimas y sumamente interesantes porque nos hablan del valor, respeto y culto que se generó desde hace miles de años entorno a esta bebida, la cual, hoy por hoy, se ha extendido a todos los continentes y aporta inumerables beneficios a nuestra salud física, mental, emocional y espiritual. De hecho, China e India siguen discutiendo sobre a quién se le atribuye el origen de esta planta.

Una de las leyendas más antiguas, es un ejemplo extraordinario de la gran tradición cultural que esta bebida despertó desde épocas remotas.
Se dice que hace miles de años un príncipe hindú llamado Bodhidharma dejó su reino para peregrinar enseñando su doctrina, el budismo. De paso por China en las montañas Sung entró en una cueva e hizo un voto: meditar sin dormirse durante nueve años.

Lamentablemente su cuerpo no soportó el agotamiento y después de un largo tiempo, lo venció el cansancio y se quedó dormido. Al despertar, fue tal su enojo consigo mismo que se arrancó los párpados y los arrojó al suelo. Para su sorpresa, en ese lugar nació una planta con hojas que parecían párpados, comió algunas de estas y quedó maravillado al descubrir que la planta lo ayudaba a mantenerse despierto durante su meditación. Esta es una leyenda que, aunque suene increíble, ilustra el gran valor que se le otorgó a la hoja del té desde épocas milenarias.

Otra historia muy popular dice que el descubrimiento del té se le atribuye al emperador Shen Nong quien es considerado el padre de la botánica y la agricultura en China y quien fuera apodado el “Divino”.

Durante su mandato, su pueblo comenzó a sufrir graves problemas por la falta de comida y entonces decidió adentrarse y explorar las grandes montañas en busca de hierbas comestibles. Como tenía un cuerpo transparente y muy resiliente, él probaba todas las plantas que se encontraba a su paso sin importarle que estas pudieran ser tóxicas. Al hacer esto, podía ver todas las reacciones que cada especie le producía y determinar cuáles podrían ser empleadas como comestibles y/o medicinales. Gracias a ello, encontró más de 365 variedades con propiedades curativas y esta fue la base para el gran desarrollo de la medicina china. Sin embargo, uno de esos días, Shen Nong se excedió al comer demasiadas plantas y se intoxicó con las 72 variedades que había consumido durante el día. Tirado en el suelo, con un dolor insoportable y casi moribundo, alcanzó a percibir un fragante aroma cerca de donde él se encontraba y como pudo, se arrastró hasta los arbustos que desprendían tal olor, cortó e ingirió algunas hojas y para su sorpresa, inmediatamente después de masticarlas, comenzó a sentir el efecto benéfico que le producían, notando cómo todo su organismo se limpiaba y comenzaba a sentirse mejor. Cuando se sintió completamente recuperado, recogió más hojas y continuó por mucho tiempo más probando sus resultados positivos. Esto le permitió determinar que, además de desintoxicar el cuerpo, las hojas del té, brindaban muchos beneficios más al para la mente y la sensación de paz y bienestar emocional y espiritual.

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